La productividad no es solo hacer más en menos tiempo. Tampoco es seguir acumulando apps, relojes o alarmas que te prometen foco. Lo que de verdad distingue a los que ascienden, a esos compañeros que parecen estar siempre en la jugada, es otra cosa: la forma en que entienden y ejecutan el trabajo. Este worksheet está diseñado para fanáticos de la productividad de 50 años, gente que ya sabe que el tiempo es finito y que necesita estrategias concretas para avanzar. La idea es que, al terminar, sepas aplicar las nueve conductas que Robert E. Kelley identificó como claves para brillar en tu organización, sin importar tu cargo o industria.
Piensa este ejercicio como si estuvieras escuchando tu programa de radio favorito: entre secciones, risas y canciones, también hay cápsulas que te dejan pensando. Ese es el espíritu: mezclar entretenimiento con herramientas que puedes aplicar apenas vuelvas a tu escritorio.
Concepto central: trabajar distinto, no más duro
Los estudios en Bell Labs y 3M mostraron que no hay diferencia real entre un empleado promedio y uno “estrella” en cuanto a inteligencia, ambición o creatividad. El secreto está en el método. Ser estrella significa usar nueve estrategias concretas que doblan la productividad. Aquí revisaremos tres para empezar a entrenar:
- Iniciativa más allá del rol oficial: ver los espacios vacíos, los problemas que nadie toma, y apropiárselos.
- Redes de conocimiento: no acumular información en tu cabeza, sino saber a quién llamar y tenerlos dispuestos a responder.
- Autogestión: no esperar que tu jefe te dirija; tú defines tus ritmos, tu foco y tu ruta.
Actividades guiadas
- Detecta los vacíos
- Piensa en tu trabajo actual: ¿qué tarea importante nadie quiere o nadie ha visto? Escríbela.
- Pregúntate: ¿cómo impacta esto al equipo o a la empresa?
- Mapa de contactos útiles
- Haz una lista de tres personas que siempre resuelven rápido.
- Anota cómo podrías ayudarlas antes de pedirles algo.
- Flujo personal
- Identifica tu hora pico de energía (mañana, tarde o noche).
- Diseña un bloque de dos horas para trabajar en tu proyecto más difícil en ese horario.
Ejemplo trabajado: la iniciativa de Kathleen
Kathleen Betts, empleada a medio tiempo en Massachusetts, detectó un error en el reembolso de Medicaid en su empresa. Nadie le había pedido revisar ese tema. Ella investigó, insistió y ahorró $489 millones al Estado. No tenía título rimbombante, pero sí la disposición a tomar lo que otros dejaban caer. Pregunta para ti: ¿cuál es tu “pequeño Medicaid”? Ese rincón donde podrías generar un impacto gigante.
Tareas de práctica
- Piensa en un proyecto reciente donde solo cumpliste con lo mínimo. ¿Qué podrías haber hecho para ir más allá?
- Escribe un correo ficticio pidiendo ayuda a un contacto clave. Cuida el tono: ofrece algo primero, sé breve, reconoce su expertise.
- Haz una lista de las interrupciones más comunes en tu jornada. Diseña una respuesta educada y breve para cada una.
Aplicación real: mini-proyecto
Elige una de estas tres misiones para la próxima semana:
- Tomar un problema que nadie asume y proponer una solución inicial.
- Ayudar a un contacto sin que él te lo pida.
- Reservar dos bloques de tiempo para trabajar en modo “profundo”, sin interrupciones.
Luego comparte la experiencia con la comunidad de la radio: ¿qué hiciste? ¿qué resultado tuviste? Eso refuerza el aprendizaje y genera accountability.
Las estrellas no nacen, se hacen. Las claves son tomar iniciativa, construir redes sólidas y autogestionarse. Pregúntate ahora: ¿qué harás mañana en tu trabajo que antes no hacías? Escríbelo, compártelo, ejecútalo. La próxima vez que escuches tu programa de radio matutino, recuerda que las canciones y los concursos pasan, pero tu reputación de estrella se construye a diario.