Hay guerras civiles menos complicadas que el momento que nadie vio venir. Todo se derrumbó, todo!.
Se separan Ellos, nuestros Brad y Angelina, los dueños de la casa club de las miles de juntas. Los anfitriones oficiales que mantenían viva la fe de creer en el amor.
La primera señal de que la cosa va mal no es una pelea, es el silencio. «Van a venir el sábado?”, mensaje visto e ignorado con éxito, que finalmente se responde 72 horas después.
Y tú quedas ahí, atrapado, como pan de completo en una fonda, aplastado y lleno de mostaza emocional.
El comunicado oficial dice: ”Terminamos, pero todo bien”, como si eso calmara a alguien…
Mientras tanto tu amiga está hecha bolita en su cama, cual Magdalena, porque sabes que su corazón se partió en 14 y llegas con su chocolate favorito, una botella de sour, puchos y una caja de pañuelitos, que aunque no serán suficientes, al menos ayudarán a que esos pedazos de corazón no se le salgan por la boca.
En el otro polo, él, tu amigo, con la mirada perdida, una piscola en la mesa y su amor en la mano, sin poder entender en qué minuto todo se fue a la mierda.
Y al medio adivina quién está!?!?…Tú.
Qué hago ahora?, Tengo que elegir?, A quién invito para mi cumpleaños sin que el ambiente se corte con motosierra?. Y cuando tengan nueva pareja, qué haces con el otro? Eres desleal por eso?, tantas preguntas que aparecen a medida que van pasando los días porque el cariño por los dos es grande. La crisis está desatada, no es sólo el shock del término. Es el cómo continúas sin abanderarte por ninguno en particular, con estrategia y diplomacia.
Ahora eres una especie de Suiza del amor, neutral, muy necesaria posición frente a lo que viene, porque habrá el doble de celebraciones, pero también el doble de dramas. Los niños, el perro, las visitas, las lucas, los abogados y el cambio de casa. Los dimes y diretes están a la orden del día y no seremos parte del lleva y trae, porque al final eso daña, mucho.
Al carajo las vacaciones en grupo, picnics, carretes y todos los planes que teníamos explotan en el aire como burbujas, simplemente no van más. El duelo no es sólo de ellos, sino también del entorno, algo se ha quebrado, porque: “Mil pedazos de mi corazón volaron por toda la habitación”, qué brutaaaal.
Tu rol de amigo es ese, ser amigo, no psiquiatra, no abogado, no rescatista. No estás preparado para recibir un audio de 10 minutos a las 3 a.m. sobre lo que pasó realmente en “Wherever”, y si lo escuchas sé amigo, un amigo que escucha, que abraza, que contiene desde el cariño, recuerda que estás en “Jumanji del amor”, todo puede pasar.
Respira. Recuerda que la amistad, si es verdadera, sobrevive terremotos con réplicas sentimentales grado 6.3 Richter. No debes elegir bando si no quieres, sino mantenerte firme en medio del campo minado con la frente en alto, la dignidad a medio cargar y el copete en la mano correcta.
Quizás un día vuelvan a hablarse, o no, pero seguirás ahí: con tu traje invisible de mediador no designado, Porque si hay algo más incómodo que una ruptura amorosa entre dos personas que quieres… Es el riesgo de perder a los dos en la guerra sin balas del “Yo lo invité primero”.
Muack!