Respira. La noticia cae como un ladrillo en medio del living y, por un segundo, todo lo demás queda en mute.
Lo primero que vamos a hacer por estos lados es buscar y presentarte herramientas para cuando la vida siga sucediendo. No serán herramientas para que «rindas», sino para sostenerte.
La idea es simplificar, reducir fricción y devolverte algo de control si es que en algún momento lo necesitas. 100% cariño de nuestra parte, cero culpa si un día nos pasa la aplanadora por encima.
El pacto que proponemos: tú mandas
Antes de cualquier consejo, ponemos el acuerdo sobre la mesa: Tú eliges cómo y cuánto apoyo quieres. Definimos una frecuencia con la que quieres que nos contactemos (diario breve, dos veces por semana o el modo on-demand). Además adoptaremos el “hoy no”.
Si dices «hoy no», se suspende todo. Sin preguntas. Sin explicar. Ese pacto te protege del ruido y nos da un marco para cuidarte sin invadir.
Semáforo de energía
Una idea que suena bien es que en los próximos días tus jornadas no se midan por horas, sino que por colores.
- Verde: Hay energía razonable. Se pueden hacer 2–3 cosas concretas y cortas.
- Amarillo: Energía limitada. Solo lo esencial y en microtareas.
- Rojo: Descanso total. Cuerpo y mente en modo ahorro. El descanso también cuenta como trabajo: es reparación.
Supongamos que un día amaneces en modo Plan A (día verde): tres tareas pequeñas, terminables. No “ponerme al día con todo”, sino cosas con cierre. Ejemplos: enviar el correo X, pagar cuenta Y, ordenar la mesa por 10 minutos.
Ahora supongamos un Plan B (día amarillo): una microtarea administrativa y uno de cuidado personal. Ejemplos: confirmar una cita médica y preparar el pastillero. Si aparece fatiga, se cierra la persiana y listo.
Día rojo: solo descanso y alivio. Mensajes cortos de cariño, cero pendientes. Todo lo demás puede esperar.
Bitácora mínima de salud
Una libreta física o una nota en el teléfono. La idea es tener cuatro páginas:
- Primera página: Citas próximas: fecha, hora, lugar, preparación, transporte.
- Segunda página: Preguntas para el equipo médico: anótalas apenas aparezcan.
- Tercera página: Síntomas y efectos: día, intensidad 1–10, qué ayudó.
- Cuarta página: Medicamentos: nombre, dosis, horario. Pon alarmas.
Esto no es burocracia. Es tranquilidad. Cuando el cerebro está cansado, la libreta piensa por ti.
Listas que bajan la ansiedad
Si no estás abrumada y quieres seguir leyendo, acá otra idea que nos parece buena.
No vas a “hacer todo”. Harás lo que importa hoy. Tres listas simples:
- @baja-energía: acciones de 5–10 minutos que puedes apagar de una.
- @trámites: cosas que requieren salir o pedir ayuda.
- @acompañada: tareas que otra persona puede hacer contigo o por ti.
Ejemplos @baja-energía: reagendar una cita, archivar un papel, dictar un mensaje de respuesta, actualizar la bitácora, preparar una colación simple, programar una alarma. Estas son como «plantillas» que te ahorran pensar.
Cuando el ánimo tiembla, decidir gasta energía.
Por eso considera estos textos listos para copiar/pegar y ajustar.
Mensaje a clientes o comunidad
“Estoy en tratamiento médico y por unas semanas trabajaré en modo mantenimiento. Responderé correos los [días] y priorizaré proyectos ya comprometidos. Si necesitas algo urgente, por favor indícalo en el asunto. Gracias por tu paciencia y cariño.”
Mensaje para cancelar reuniones
“Gracias por la disposición. Esta semana mi energía está acotada y necesito reagendar. Te propongo estas dos alternativas: [fecha 1] o [fecha 2]. Si prefieres, lo vemos por correo.”
Mensaje para amigos que quieren ayudar
“Gracias por ofrecerte. Me sirve ayuda concreta en: 1) traslado a [cita], 2) preparar/alinear comidas de la semana, 3) acompañarme 30 minutos el [día] para ordenar papeles. Si puedes tomar algo de esto, dime cuál.”
Trabajo: modo mantenimiento
No estás dejando botado nada. Estás sosteniendo lo esencial.
Prioridad uno: asegurar lo que paga las cuentas y no desgasta.
Prioridad dos: cumplir con proyectos ya en marcha, pero recortados y claros. Todo lo demás, pausa. Si es necesario, elige un “coordinador logístico” de confianza para que conteste lo operativo por ti y filtre solicitudes. El foco ahora es tu tratamiento y tu paz.
Microbloques que sí se pueden
El tiempo se encoge. Veinte minutos con timer y luego descanso. Un bloque por la mañana y, si asoma energía, uno por la tarde. Nada de maratones. Nada de “recuperar”. Esto no es la universidad; es tu cuerpo construyendo futuro.
Niebla mental: compensa, no te culpes
Si te cuesta concentrarte o recordar, no estás “distraída”: tu cerebro está ocupado en lo importante.
Ten un checklists con verbos de acción. Un “diario de decisiones” para registrar qué se acordó y por qué. Y encima de todo: permiso para olvidar. Para pedir que te repitan. Para anotar. Esa es la nueva normalidad temporal, no un defecto.
Red de apoyo con reglas claras
Organización para el circulo de hierro de tus más cercanos que te ayudarán: Un chat único con tres reglas, mensajes breves, nada de historias de terror o comparaciones, y si no respondes, se asume recibido.
Los desahogos de otros no van contigo; que descarguen en su propio círculo. Contigo, apoyo práctico y cariño.
Bolsa de terapia
Checklist para no pensar el mismo día:
- documento de identidad
- botella de agua
- snack tolerado
- chal o frazada ligera
- audífonos
- cargador
- alcohol gel
- pañuelos
- bálsamo labial
- un cuaderno delgado con lápiz y tus preguntas impresas o anotadas.
- Un playlist que te guste.
Casa minimalista, cabeza despejada
La casa no tiene que brillar; tiene que ser amable. Dos cosas que ordenes cada día ya hacen diferencia. Una canasta de “pendientes físicos” donde caen papeles, envases de medicamentos para registrar, boletas; luego alguien te ayuda a vaciarla.
Un “rinconcito de calma” con agua, una manta, tu cuaderno y una lámpara cálida. Es tu base.
Alimentación sin culpa
Lo que toleres, cuando lo toleres. Comidas previsibles, repetidas si funciona. Si un día solo entra sopa y arroz, está perfecto. Si puedes aceptar ayuda, una persona coordina un calendario de comidas simples. Nada de otros improvisando superalimentos en tu nombre. Tu equipo médico manda; todo lo demás, sugerencias.
Sueño y teléfono
Tu mejor amigo es el modo avión. Define ventanas silenciosas en la noche. Si una siesta aparece, la tomas. Cama, cortinas cerradas, agua al lado, alarma suave. No hay medalla por estar disponible. La medalla es despertarte en paz.
Señales para pedir apoyo profesional
Si el ánimo se va al subsuelo por días, si la ansiedad te come el día, si te aíslas completo, pedimos refuerzo: psico-oncología, terapia, grupos de apoyo. No porque seas “débil”, sino porque eres inteligente. En momentos complejos, un equipo emocional es parte del tratamiento.
Tu semana modelo
Lunes
Revisión mínima de citas. Un bloque de 20 minutos para administración. Descanso.
Martes
Cita médica. Después, nada comprometido. Mensaje breve de “llegué”.
Miércoles
Bloque de 20 para cerrar un pendiente. Paseo corto si el cuerpo lo permite.
Jueves
Día amarillo: una microtarea y listo. Película, música, dormir.
Viernes
Llamada de 10 minutos con tu “coordinador” para planear la próxima semana.
Cerrar correos esenciales.
Fin.
Sábado y domingo
Sin agenda. Sol, sombra, cama, sofá. Lo que alivie.
Más frases para cuando estemos en el subsuelo.
- “Hoy estoy en amarillo/rojo.”
- “Necesito reagendar, gracias por comprender.”
- “¿Puedes mandarme eso por escrito?”
- “Lo veo el [día] a las [hora].”
- “Hoy descanso. Te leo mañana.”
Preguntas para tu equipo médico
- “¿Cuál es el objetivo del próximo examen?”
- “¿Qué efectos son esperables y cuáles son señales de alerta?”
- “¿Qué actividad física es segura para mí ahora?”
- “¿Cómo manejo la fatiga o las náuseas en casa?”
- “Si tengo dudas fuera de horario, ¿a quién contacto?”
Cosas que otros pueden hacer por ti:
- Traslados a citas
- coordinar comidas simples
- acompañarte a ordenar papeles 30 minutos
- ir a la farmacia
- responder correos logísticos
- armar un calendario compartido
- quedarse en silencio contigo cuando lo necesites.
- La ayuda buena es específica y breve.
- La ayuda que agota no califica.
Lo que no necesitas
- Opiniones médicas de terceros sin contexto. Historias de miedo.
- Metas épicas.
- El “avísame
- si necesitas algo” que te deja la pelota a ti.
- Aquí transformamos buenas intenciones en acciones concretas y pequeñas.
- Aquí te cuidamos a tu manera.
Vas a atravesar esto a tu ritmo. No sola. Con apoyo real, con planes que se adaptan al día, con permiso para bajar la marcha y para decir que no. Todo lo que no es esencial puede esperar.
Tu salud y tu calma son esenciales.
Tienes un equipo médico, un cuerpo que sabe pelear y una familia que no por nada es tu Famiia Manson McKinsey Morgan Gaga Pinkett-Smith Abercrombie & Fitch, tu fam que entiende que la mejor productividad, en este momento, es descansar bien, decidir poco y sostener lo básico.
Cuando necesites fuerza, estamos en el Zoom para que te aguaches.
Cuando necesites silencio, también.
Hoy y las veces que haga falta.
Aquí, tienes a tu Big Papa Manson Tata José manos-a-la-obra para que vayamos ajustando todo lo anterior.
Estamos a tus órdenes.
Aquí estoy en lo que pueda ayudar.
Confirmo, hermana Luna.
Estamos a tus órdenes